Continúa desde Blind Lemon Jefferson
Antes de 1896, año del caso Plessy v. Ferguson que estableció una base legal para una sociedad de apartheid, los negros habían trabajado duro para establecerse por sí mismos como miembros de pleno derecho en la sociedad del Sur, pero en las décadas siguientes el panorama cambió dramáticamente. En 1908, siete estados del Sur habían modificado sus constituciones y habían despojado del derecho a voto a los negros. Los impuestos, la violencia y la intimidación sirvieron al mismo propósito en otros cuatro estados de la región. El aumento de la presencia del Ku Klux Klan durante la década de 1920 contribuyó claramente a una atmósfera de temor. El sistema de aparcería pronto se convertía en una condición de deuda perpetua para muchos agricultores negros y las condiciones económicas para la mayoría de la gente negra del Sur eran terribles.
Las plantaciones eran muy extensas, los transportes difíciles, y los trabajadores tenían pocas oportunidades para comprar los artículos fuera de las granjas. Las compañías tenían almacenes que eran la única posibilidad de los trabajadores de acceder a tales artículos. Y los vendían a precios desorbitados o a crédito, lo cual creaba una forma de servidumbre basada en la deuda. Cualquiera que causara problemas podía ser enviado a las granjas de las prisiones durante varios años, para ser devuelto a su plantación después de la condena y seguir haciendo el mismo trabajo. A medida que avanzaban los primeros años del siglo XX, los afroamericanos fueron encontrando más y más exclusiones en sus vidas. Si no aceptaban esas líneas de exclusión y trataban de luchar por la igualdad, a menudo pagaban el más alto precio.
Para confrontar estas exclusiones racistas, los intelectuales negros, los dirigentes de negocios, profesionales y abogados se unieron para formar la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) en 1909. En su lucha para hacer retroceder al racismo, tuvieron que enfrentarse a un paisaje de terror y violencia. Los supremacistas blancos eran implacables. Linchaban, disparaban, ahogaban, bombardeaban, incendiaban y enterraban a cualquiera que amenazara su visión de una sociedad dividida racialmente. Nadie estaba seguro bajo su amenaza, mataban de forma violenta a hombres, mujeres y niños, mataban porque los negros se atrevían a votar, a ir a la iglesia, a rezar contra la injusticia, a vestir el uniforme del ejército de EEUU, a caminar por la calle o a utilizar un baño público.
En el cambio hacia el siglo XX, la violencia racial impregnaba el profundo Sur. Ejemplo de la violencia racial que impregnaba el profundo Sur en el cambio hacia el siglo XX son las numerosas versiones de "Stag-O-Lee". El protagonista de esta canción, que fue interpretada por Walter “Furry” Lewis, Ma Rainey o Jessie Fuller entre otros muchos, mata a un hombre por robarle su sombrero. Estos artistas y otros cantan al protagonista como un héroe escapando de la justicia, mientras otros describen a un violento hombre negro que encuentra su fin en la horca.
En 1929, después de realizar algunas grabaciones en Chicago y Richmond, James “Boodle-It” Wiggings, original de Louisiana, regresaba a su hogar en Bogalusa. Una mujer blanca se sintió ofendida cuando se cruzó con en una vía pública; una multitud local le linchó inmediatamente y le disparó cuatro veces. Wiggins era un hombre de gran fuerza y aún estaba vivo cuando cortaron la soga del árbol, pero aunque sobrevivió al suceso, nunca se recuperó del incidente.
No sólo los negros conocían bien la brutalidad retrógrada a que eran sometidos en Misisipi; el racismo del estado era conocido en todo el país. Y lo que Misisipi era para Estados Unidos, lo era el Delta para su estado. Más de un tercio de los linchamientos entre 1900 y 1930 se produjeron en esta región.
Como indica Adam Gussow, el tema del linchamiento se quedó sin mencionar por muchos artistas de blues, el miedo a una respuesta agresiva de sus oyentes blancos era muy real para ellos. En su lugar, utilizaron referencias codificadas en las letras de un buen número de canciones. Bertha Hill grabó "Hangman Blues" en 1928 y Blind Lemon Jefferson grabó "Hangman’s Blues" ese mismo año.
“Strange Fruit” daba al público una descripción gráfica del paisaje de un linchamiento. La extraña fruta que colgaba de los árboles eran los cadáveres de negros linchados. La canción fue escrita por Lewis Allen y grabada por primera vez por Billy Holiday en 1939.
En este ambiente, al tiempo que en las ciudades del Norte se extendían las house-parties, en el cobraban relevancia otro tipo de locales, los juke joints. A diferencia de los teatros del Norte, los lugares en que se actuaba en el Delta no podían ser más humildes: la esquina de una calle, el almacén de una estación de tren, una freiduría de pescado, un baile al aire libre, una cantina o incluso una prisión. Durante la época de la esclavitud, en algunas plantaciones se proporcionaba a los esclavos un espacio donde podían socializar tras la dura jornada de trabajo. Esta práctica se extendió más tarde a los campamentos madereros. Las compañías construían locales en los cuales los trabajadores podían beber alcohol y participar en juegos de apuestas.
A principios del siglo XX, los juke joints solían ubicarse en edificios construidos originalmente para otros propósitos. Propietarios y clientes ocupaban un edificio disponible y transformaban el espacio en un juke joint. La actividad primaria de estos locales era la bebida y la mayoría de los propietarios eran hombres, aunque no era infrecuente encontrar una mujer a cargo de un juke joint. Las normas de conducta, generalmente, se transmitían a través de reglas no escritas que los clientes asiduos conocían a la perfección. En un cierto ambiente de clandestinidad, era importante para los propietarios reconocer a los clientes más habituales.
Antes de 1896, año del caso Plessy v. Ferguson que estableció una base legal para una sociedad de apartheid, los negros habían trabajado duro para establecerse por sí mismos como miembros de pleno derecho en la sociedad del Sur, pero en las décadas siguientes el panorama cambió dramáticamente. En 1908, siete estados del Sur habían modificado sus constituciones y habían despojado del derecho a voto a los negros. Los impuestos, la violencia y la intimidación sirvieron al mismo propósito en otros cuatro estados de la región. El aumento de la presencia del Ku Klux Klan durante la década de 1920 contribuyó claramente a una atmósfera de temor. El sistema de aparcería pronto se convertía en una condición de deuda perpetua para muchos agricultores negros y las condiciones económicas para la mayoría de la gente negra del Sur eran terribles.
Las plantaciones eran muy extensas, los transportes difíciles, y los trabajadores tenían pocas oportunidades para comprar los artículos fuera de las granjas. Las compañías tenían almacenes que eran la única posibilidad de los trabajadores de acceder a tales artículos. Y los vendían a precios desorbitados o a crédito, lo cual creaba una forma de servidumbre basada en la deuda. Cualquiera que causara problemas podía ser enviado a las granjas de las prisiones durante varios años, para ser devuelto a su plantación después de la condena y seguir haciendo el mismo trabajo. A medida que avanzaban los primeros años del siglo XX, los afroamericanos fueron encontrando más y más exclusiones en sus vidas. Si no aceptaban esas líneas de exclusión y trataban de luchar por la igualdad, a menudo pagaban el más alto precio.
Para confrontar estas exclusiones racistas, los intelectuales negros, los dirigentes de negocios, profesionales y abogados se unieron para formar la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) en 1909. En su lucha para hacer retroceder al racismo, tuvieron que enfrentarse a un paisaje de terror y violencia. Los supremacistas blancos eran implacables. Linchaban, disparaban, ahogaban, bombardeaban, incendiaban y enterraban a cualquiera que amenazara su visión de una sociedad dividida racialmente. Nadie estaba seguro bajo su amenaza, mataban de forma violenta a hombres, mujeres y niños, mataban porque los negros se atrevían a votar, a ir a la iglesia, a rezar contra la injusticia, a vestir el uniforme del ejército de EEUU, a caminar por la calle o a utilizar un baño público.
En el cambio hacia el siglo XX, la violencia racial impregnaba el profundo Sur. Ejemplo de la violencia racial que impregnaba el profundo Sur en el cambio hacia el siglo XX son las numerosas versiones de "Stag-O-Lee". El protagonista de esta canción, que fue interpretada por Walter “Furry” Lewis, Ma Rainey o Jessie Fuller entre otros muchos, mata a un hombre por robarle su sombrero. Estos artistas y otros cantan al protagonista como un héroe escapando de la justicia, mientras otros describen a un violento hombre negro que encuentra su fin en la horca.
En 1929, después de realizar algunas grabaciones en Chicago y Richmond, James “Boodle-It” Wiggings, original de Louisiana, regresaba a su hogar en Bogalusa. Una mujer blanca se sintió ofendida cuando se cruzó con en una vía pública; una multitud local le linchó inmediatamente y le disparó cuatro veces. Wiggins era un hombre de gran fuerza y aún estaba vivo cuando cortaron la soga del árbol, pero aunque sobrevivió al suceso, nunca se recuperó del incidente.
No sólo los negros conocían bien la brutalidad retrógrada a que eran sometidos en Misisipi; el racismo del estado era conocido en todo el país. Y lo que Misisipi era para Estados Unidos, lo era el Delta para su estado. Más de un tercio de los linchamientos entre 1900 y 1930 se produjeron en esta región.
Como indica Adam Gussow, el tema del linchamiento se quedó sin mencionar por muchos artistas de blues, el miedo a una respuesta agresiva de sus oyentes blancos era muy real para ellos. En su lugar, utilizaron referencias codificadas en las letras de un buen número de canciones. Bertha Hill grabó "Hangman Blues" en 1928 y Blind Lemon Jefferson grabó "Hangman’s Blues" ese mismo año.
“Strange Fruit” daba al público una descripción gráfica del paisaje de un linchamiento. La extraña fruta que colgaba de los árboles eran los cadáveres de negros linchados. La canción fue escrita por Lewis Allen y grabada por primera vez por Billy Holiday en 1939.
En este ambiente, al tiempo que en las ciudades del Norte se extendían las house-parties, en el cobraban relevancia otro tipo de locales, los juke joints. A diferencia de los teatros del Norte, los lugares en que se actuaba en el Delta no podían ser más humildes: la esquina de una calle, el almacén de una estación de tren, una freiduría de pescado, un baile al aire libre, una cantina o incluso una prisión. Durante la época de la esclavitud, en algunas plantaciones se proporcionaba a los esclavos un espacio donde podían socializar tras la dura jornada de trabajo. Esta práctica se extendió más tarde a los campamentos madereros. Las compañías construían locales en los cuales los trabajadores podían beber alcohol y participar en juegos de apuestas.
A principios del siglo XX, los juke joints solían ubicarse en edificios construidos originalmente para otros propósitos. Propietarios y clientes ocupaban un edificio disponible y transformaban el espacio en un juke joint. La actividad primaria de estos locales era la bebida y la mayoría de los propietarios eran hombres, aunque no era infrecuente encontrar una mujer a cargo de un juke joint. Las normas de conducta, generalmente, se transmitían a través de reglas no escritas que los clientes asiduos conocían a la perfección. En un cierto ambiente de clandestinidad, era importante para los propietarios reconocer a los clientes más habituales.
La Historia del Blues continuará en Alger “Texas” Alexander y los inicios de Lonnie Johnson
Comentarios
Publicar un comentario