La Historia del Blues: Billboard y la huelga de músicos (1942-1943)

La Historia del Blues: Billboard y la huelga de músicos (1942-1943)

Continúa desde Robert Nighthawk

La revista Billboard se fundó en 1894 como una publicación publicitaria en general y, con el paso de los años, se fue centrando en el entretenimiento. En sus páginas se podían encontrar referencias a los espectáculos, circos y ferias que se celebraban en distintos puntos del país. Cuando la revista Variety salió al mercado como competencia, Billboard cambió su enfoque y se especializó en la industria de la música.

La primera lista de éxitos musicales apareció en Billboard el 4 de enero de 1936, y en enero de 1939 empezó a incluir una “Guía de compra de discos”. Al año siguiente, introdujo el “Chart Line”, que hacía un seguimiento de los discos más vendidos, y en 1941 destacaron como éxitos “Jelly, Jelly” de Billy Eckstine con la orquesta de Earl Hines, y “Confessin’ the Blues” de Walter Brown con Jay McShann.

Tras el bombardeo de Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941, muchos músicos negros fueron reclutados por el ejército, eso sí, en unidades segregadas de los blancos. Elmore James sirvió en Guam y Howlin’ Wolf estuvo destinado en Seatle, Cuando estos músicos volvían de la guerra, se quedaban en las ciudades, en Chicago o en Detroit, donde el trabajo era abundante. Se sumaban así a los más de 7 millones de afroamericanos que habían emprendido la marcha hacia las ciudades del Norte abandonando las granjas del Sur desde el principio de la Gran Migración iniciada en 1910.

Los músicos de blues que no participaron en la guerra, tampoco lo tuvieron fácil. Entre 1942 y 1944, las grabaciones se vieron interrumpidas por la restricción de la Federación Americana de Músicos. El 1 de agosto de 1942, el Presidente de la Federación, James Petrillo, convocó una huelga de músicos en defensa de los derechos de autor, que puso en jaque a las discográficas. Hasta ese momento, las compañías discográficas no pagaban derechos de autor por los discos que vendían, daba unos pocos dólares al músico en cuestión y la grabación quedaba en su poder.

Por su parte, los músicos solían aceptar el dinero que se les ofrecía, pensando que un disco con una canción de éxito podía significar un aumento en sus actuaciones en directo. A menudo, firmaban contratos en los que renunciaban a los futuros beneficios. Los productores se aseguraban de que aquellos músicos del campo no entendieran nada de copyrights, royalties o contratos y, de forma rutinaria, se aprovechaban de ellos, así como de su debilidad por el alcohol, poniéndoles una copa al lado a la hora de firmar los contratos.

La huelga mantuvo a los músicos fuera de los estudios de grabación hasta el otoño de 1943. Decca fue la primera de las principales compañías en llegar a acuerdos con el sindicato; Victor y Columbia lo hicieron al año siguiente. Además, mientras estas grandes compañías se enfocaban en los beneficios generados por crooners como Bing Crosby, algunos pequeños empresarios se animaron a fundar discográficas más modestas que apostaban por la música negra.

El año 1943 fue el primero para el cual la revista Billboard compiló su “Harlem Hit Parade”, que sería renombrado como “Race Records” en 1945 y como “Rhythm and Blues Records” en 1949. Uno de los primeros temas de blues en figurar en las listas fue la versión que Wee Bea Booze hizo de la canción “See See Rider” de Ma Rainey en 1943, que alcanzó en número y uno y se mantuvo entre los diez primeros durante veintidós semanas. Un año más tarde, Billboard presentó el “Music BoxMachine Chart” que exponía una lista de los discos más reproducidos en las jukeboxes.

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