Continúa desde Tommy McLennan y Robert Petway
La noche del 23 de abril de 1940, se produjo un incendio devastador en un salón de baile negro en Natchez, Misisipi. Para evitar que los forasteros pudieran escuchar la música o asomarse por las ventanas, éstas habían sido tapiadas y, hacia las once y media de la noche, cuando se inició el fuego, la multitud quedó atrapada. En el suceso murieron más de doscientos afroamericanos, e impactó tanto a la población que se decidió celebrar una conmemoración de la tragedia en su primer aniversario.
John Wesley Work III, un profesor afroamericano en el departamento de música de la Universidad de Fisk en Nashville, presentó una propuesta a la facultad para realizar unas grabaciones durante el evento y así poder estudiar las interpretaciones e investigar el papel que la música desempeñaba en la vida cotidiana de los afroamericanos.. El presidente de la universidad, un cuáquero blanco llamado Thomas Elsa Jones, se mostró de acuerdo y, junto a varios profesores veteranos, se presentó la idea a la Biblioteca del Congreso con el objetivo de obtener financiación.En la Biblioteca, la propuesta fue recibida por Alan Lomax que había heredado su interés por la música popular de su padre. Cuando Alan acompañó al folklorista a Parchman en 1933, siendo apenas un adolescente, pudo ser testigo de primera mano de la riqueza musical de la región y, desde entonces, le rondó en la cabeza la idea de un nuevo viaje al Sur para obtener más grabaciones. A finales de abril de 1941, Lomax viajó a la Universidad de Fisk con motivo del 75 aniversario de la institución, y en su visita se acordaron los detalles para la expedición, que se centraría en los condados de Coahoma y Tunica, Misisipi, debido a la densidad de población afroamericana en la zona . Lomax no tardó en tomar el control del proyecto original de Work, que, como el resto de miembros de la universidad, se vio subordinado a sus decisiones.
En agosto, Lomax viajó con su esposa al Delta. En el coche, transportaba su unidad de grabación cuyos componentes pesaban unos doscientos treinta kilos y ocupaban todo el maletero y el asiento trasero de su Ford. Work tuvo que organizar su propio transporte hasta Clarksdale. Las tensiones entre Lomax y Work surgieron enseguida. En una carta a un colega de la Biblioteca, Lomax se quejaba de que su “compañero” no parecía muy interesado en la recopilación de música.
El jueves 28 de agosto, los dos investigadores se reunieron en Clarksdale y, a la mañana siguiente comenzaron su trabajo grabando algunas canciones de música religiosa. Cuando Lomax preguntó por músicos de blues y mencionó a Robert Johnson en busca de compañeros que hubieran tocado con él o que lo hubieran conocido, alguien le habló de Son House y de un chico al que llamaban Muddy Waters, Aguas Turbias.
El último día de agosto de 1941, Lomax y Work hicieron una visita a una destartalada cabaña en la plantación Stovall. McKinley Morganfield, al que todos llamaban Muddy Waters desde que lo hacía su abuela cuando de niño se ensuciaba jugando con los charcos de barro, llevaba viviendo allí desde que podía recordar en sus 26 o 28 años . Se ganaba la vida recogiendo algodón, cosechando maíz o conduciendo un tractor, aunque en la zona era más conocido como guitarrista y contrabandista de licor. Al ver a sus visitantes, Waters temió en un primer momento que pudieran ser agentes informados de sus actividades ilegales. Pero sus sospechas fueron sustituidas por curiosidad cuando Lomax sacó del coche su guitarra Martin y tocó algunas notas.
La Historia del Blues continua en Lomax encuentra a Muddy Waters
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