Continúa desde Robert Johnson I
Ike Zinnerman, 1930 |
Robert permaneció en la zona alrededor de una semana, durante la cual House recordaba haberle advertido sobre la peligrosa vida de los músicos en los junk joints, el alcohol y las mujeres. Pero Johnson era un joven apuesto de apenas veinte años, y era mucho pedirle que escuchara seriamente los consejos dictados por la experiencia de House.
Robert Lockwood |
Durante esta época, se asoció con Johnny Shines, que sería desde entonces su principal compañero de viaje. Viajaron por ciudades del Norte como Chicago y Nueva York, llegando incluso a Canadá, y recorrieron los estados de Indiana, Kentucky y Texas tocando por unas monedas para todo aquel que quisiera escucharles. El personaje vagabundo que describe en sus canciones es un fiel reflejo de la vida que llevaba. Según Johnny Shines, subían al primer tren que llegaba e iban de un lugar a otro sin importarles el destino.
Johnny Shines |
Un día de 1936, Johnson entró en la tienda de H. C. Speir con intención de promocionar su carrera. Speir quedó impresionado por su interpretación y habló de su nuevo descubrimiento al encargado de la zona Sur de ARC (American Recording Corporation), Ernie Oertle. En noviembre, Johnson y Oertle viajaron a San Antonio, Texas, para realizar una primera sesión de grabación, en la que también estuvo presente el productor Don Law. Según Law, la sesión tuvo que ser interrumpida por problemas de Johnson con la policía. El guitarrista había sido arrestado y, cuando Law fue a sacarle de la cárcel, se encontró al músico apalizado y con la guitarra destrozada. Una vez pagada la fianza, el productor le acompañó a la pensión y le dio cuarenta y cinco céntimos para el desayuno de la mañana siguiente. Esa misma noche, Johnson llamó a Law para pedirle los diez céntimos que le faltaban para poder pagarse una prostituta.
Finalmente, la sesión tuvo lugar los días 23, 26 y 27 de noviembre de 1936 en un estudio improvisado en una habitación de hotel. Johnson grabó dieciséis canciones, realizando dos tomas de cada una. La única que se vendió moderadamente bien fue “Terraplane Blues”, en gran parte debido al doble sentido de su letra, en la que equiparaba el funcionamiento de un automóvil con la mecánica del coito.
Otras canciones grabadas en aquella sesión, demostraron más tarde que podían convertirse en éxitos. “I Believe I’ll Dust My Broom” fue versionada una y otra vez por Elmore James y obtuvo tal éxito que James llamó a su banda los Broomdusters. “Sweet Home Chicago”, con las versiones de Junior Wells en 1959 y otras posteriores de Fleetwood Mac, Foghat o los Blues Brothers, ha alcanzado el estatus de himno del blues.
La Historia del Blues continuará en Robert Johnson III
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