La Historia del Blues: Paramount Records y las primeras grabaciones downhome

Continúa desde El blues urbano de Leroy Carr y Scrapper Blackwell

Aunque la grabación de aquellos días estaba muy limitada por la tecnología, los primeros ingenieros de sonido y los productores se tomaban en serio su trabajo. Antes de que el micrófono apareciera en los estudios a mediados de los años 20, las grabaciones se realizaban directamente del músico al disco; es decir, el surco del disco se creaba al mismo tiempo que el músico cantaba. Si el artista cometía un error, había que repetir toda la grabación sobre un disco nuevo. Los artistas generalmente tocaban una canción un par de veces; por eso son tan abundantes las tomas alternativas de las primeras grabaciones.


Los primeros discos de 78 rpm limitaban el tiempo del artista a tres minutos y medio de grabación por cada cara. Las canciones tenían que ajustarse a esa duración y los músicos no podían dedicar mucho tiempo a la improvisación. Si una canción excedía esa duración pero era lo suficientemente prometedora en términos comerciales, se dividía en dos partes y se incluía una por cada lado del disco. Y, si bien todos los 78 rpm que se fabricaban eran singles, lo cierto es que también se comercializaban “álbumes” en cierto sentido, que consistían en paquetes con varios discos de 78rpm que se vendían como un lote.

Los principios de Paramount Records, Wisconsin Chair Company
Los principios de Paramount Records no difieren mucho de otros sellos como Victor o Brunswick. El sello era una división de Wisconsin Chair Company, una fábrica de muebles y productos de madera que llevaba funcionando desde 1889 y había fabricado algunos de los primeros fonógrafos. Para ayudar a la venta de estos aparatos, la firma creó Paramount Records en 1917 y, en menos de un año, empezó a producir sus propios discos.

Jay Mayo Williams
En 1924, se unió a la compañía uno de los primeros deportistas negros en formar parte de la NFL, la Liga Nacional de Fútbol americana. Su nombre era Jay Mayo Williams, pero sería conocido como “Ink” Williams por su capacidad para obtener las firmas de talentosos músicos afroamericanos en los contratos de grabación. Lo primero que hizo al ocupar su cargo como responsable de las grabaciones afroamericanas de Paramount, fue solicitar expresamente la participación del público mediante un anuncio: “Si no encuentra lo que busca en nuestro catálogo, lo crearemos para usted. Paramount quiere complacer a sus clientes. Siempre hay lugar para nuevo material de calidad y artistas de talento. Cualquier sugerencia o recomendación que nos llegue de su parte será agradecida por J. Mayo Williams, director de las Series de Artistas Raciales”. No podemos saber cuántas respuestas obtuvo Paramount, pero una de ellas cambiaría el curso de la industria de los race records. En 1925, Williams recibió una carta desde un almacén de música de Dallas recomendando la grabación de un cantante y guitarrista callejero llamado Lemon Jefferson.

La Historia del Blues continua en Blind Lemon Jefferson

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