Continúa desde El fonógrafo y las primeras grabaciones
Desde los domingos de Congo Square en Nueva Orleans, los cantos y las danzas realizadas por los esclavos como actividad comunal habían llamado la atención de los blancos. En 1828, un bailarín blanco de Nueva York llamado Thomas D. Rice popularizó "Jump Jim Crow", una canción inspirada por el canto y la danza de un esclavo africano lisiado a veces llamado Jim Cuff y otras Jim Crow o John Crow quien, según algunas fuentes, trabajó como mozo de cuadra en St. Louis. Durante gran parte del siglo XIX, Rice llevó la canción por todo el país. El gran éxito obtenido por "Jump Jim Crow" representaría el inicio de una nueva tradición de la música popular norteamericana basada en la imitación y la burla de los negros. (Debido al entusiasmo que produjo la canción entre las audiencias blancas, la expresión “Jim Crow” quedó integrada en el lenguaje vernáculo americano y, más tarde, sería utilizada como referencia a la segregación racial.)
El género minstrel hizo su aparición durante las décadas de 1830 y 1840. Tomaba su nombre de un cuarteto de artistas blancos que hicieron su debút en Nueva York en 1843 como Dan Emmett and his Virginia Minstrels, y que pretendían presentar músicas y danzas que habían adaptado de los esclavos del Sur. Su espectáculo fue un gran éxito y rápidamente comenzaron a surgir imitadores.
En los espectáculos minstrel o de juglaría, los artistas blancos se maquillaban el rostro con corcho quemado para interpretar canciones, danzas y números cómicos. Con formas estereotipadas imitaban burdamente a los afroamericanos y el espectáculo era bienvenido por la audiencia blanca. Tan buena fue su aceptación que, desde la década de 1850 artistas afroamericanos se sumaron a estos minstrels, a veces, pintándose también la cara de negro en una especie de parodia de la parodia blanca. Las grandes compañías minstrel afroamericanas, como la de Silas Green de Nueva Orleans o los Rabbit’s Foot Minstrels, donde fue estrella Ma Rainey durante muchos años, giraron por todo el Sur.
A principios del siglo XX, estos grupos giraban por todo el país y eran especialmente populares en el Sur rural. Interpretaban desde ópera y canciones sentimentales hasta temas cómicos y música de baile.
En muchos sentidos, las compañías minstrels eran una extensión de una tradición mucho más antigua, la de los espectáculos de los curanderos ambulantes, diseñados para convencer al público de que comprara alguna medicina o ungüento. Además de las tradicionales partes dedicadas a la música y a la comedia, y de la inevitable promoción de alguna poción curativa, los espectáculos podían incluir a trapecistas, números de circo, ventrílocuos, representaciones dramáticas, magia o cualquier otra cosa que sirviera para mantener la atención del público durante unos minutos. Desde mediados del siglo XIX, minstrels y medicine shows disfrutaron de una relación simbiótica y visitaron áreas apartadas proporcionando trabajo a todo tipo de músicos rurales, tanto blancos como negros. Aunque mucha de la música interpretada en aquellos espectáculos no eran otra cosa que reelaboraciones de la música del music-hall inglés, otras muchas canciones se basaban directamente en fuentes afroamericanas y entre aquellos músicos se encuentran nombres que hoy son recordados como pioneros del blues.
Desde los domingos de Congo Square en Nueva Orleans, los cantos y las danzas realizadas por los esclavos como actividad comunal habían llamado la atención de los blancos. En 1828, un bailarín blanco de Nueva York llamado Thomas D. Rice popularizó "Jump Jim Crow", una canción inspirada por el canto y la danza de un esclavo africano lisiado a veces llamado Jim Cuff y otras Jim Crow o John Crow quien, según algunas fuentes, trabajó como mozo de cuadra en St. Louis. Durante gran parte del siglo XIX, Rice llevó la canción por todo el país. El gran éxito obtenido por "Jump Jim Crow" representaría el inicio de una nueva tradición de la música popular norteamericana basada en la imitación y la burla de los negros. (Debido al entusiasmo que produjo la canción entre las audiencias blancas, la expresión “Jim Crow” quedó integrada en el lenguaje vernáculo americano y, más tarde, sería utilizada como referencia a la segregación racial.)
El género minstrel hizo su aparición durante las décadas de 1830 y 1840. Tomaba su nombre de un cuarteto de artistas blancos que hicieron su debút en Nueva York en 1843 como Dan Emmett and his Virginia Minstrels, y que pretendían presentar músicas y danzas que habían adaptado de los esclavos del Sur. Su espectáculo fue un gran éxito y rápidamente comenzaron a surgir imitadores.
En los espectáculos minstrel o de juglaría, los artistas blancos se maquillaban el rostro con corcho quemado para interpretar canciones, danzas y números cómicos. Con formas estereotipadas imitaban burdamente a los afroamericanos y el espectáculo era bienvenido por la audiencia blanca. Tan buena fue su aceptación que, desde la década de 1850 artistas afroamericanos se sumaron a estos minstrels, a veces, pintándose también la cara de negro en una especie de parodia de la parodia blanca. Las grandes compañías minstrel afroamericanas, como la de Silas Green de Nueva Orleans o los Rabbit’s Foot Minstrels, donde fue estrella Ma Rainey durante muchos años, giraron por todo el Sur.
A principios del siglo XX, estos grupos giraban por todo el país y eran especialmente populares en el Sur rural. Interpretaban desde ópera y canciones sentimentales hasta temas cómicos y música de baile.
En muchos sentidos, las compañías minstrels eran una extensión de una tradición mucho más antigua, la de los espectáculos de los curanderos ambulantes, diseñados para convencer al público de que comprara alguna medicina o ungüento. Además de las tradicionales partes dedicadas a la música y a la comedia, y de la inevitable promoción de alguna poción curativa, los espectáculos podían incluir a trapecistas, números de circo, ventrílocuos, representaciones dramáticas, magia o cualquier otra cosa que sirviera para mantener la atención del público durante unos minutos. Desde mediados del siglo XIX, minstrels y medicine shows disfrutaron de una relación simbiótica y visitaron áreas apartadas proporcionando trabajo a todo tipo de músicos rurales, tanto blancos como negros. Aunque mucha de la música interpretada en aquellos espectáculos no eran otra cosa que reelaboraciones de la música del music-hall inglés, otras muchas canciones se basaban directamente en fuentes afroamericanas y entre aquellos músicos se encuentran nombres que hoy son recordados como pioneros del blues.
La Historia del Blues continúa en Ragtime
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