La Historia del Blues: House-parties en el Norte

Continúa desde Maxwell Street, el blues de "Papa" Charlie Jackson

Al principio de la migración hacia el Norte, los afroamericanos procedentes del Sur no tenían muchas dificultades a la hora de encontrar viviendas disponibles a precios económicos en barrios como Harlem, en Nueva York. Entonces no existía una gran demanda y los propietarios se esforzaban por cubrir las vacantes. Pero con la afluencia masiva de afroamericanos del Sur, la demanda aumentó y las rentas de alquiler se incrementaron de manera excesiva. A su llegada a Nueva York y otras ciudades del Norte, muchos negros encontraban que apenas quedaban viviendas libres y las que había eran caras y localizadas en áreas segregadas.

Harlem, Nueva York, en la década de 1920

Ante la necesidad de satisfacer los costosos alquileres cobraron popularidad las fiestas de alquiler o house-parties. Estas reuniones permitían a los inquilinos recolectar dinero y evitar el desalojo. Generalmente, se celebraban en los últimos días del mes, viernes o sábado por la noche y solían promocionarse colocando una señal en una ventana que anunciaba la celebración del evento. A veces, incluso, se imprimían tarjetas con información sobre cuándo y dónde tendría lugar la fiesta. En estas house-parties, los hombres y mujeres negros bailaban y se divertían, generalmente acompañados por un pianista. En ciudades como Saint Louis, Chicago y Detroit, los pianistas interpretaban un estilo conocido como boogie-woogie. Nombres como Pinetop Smith, Cow Cow Davenport, Meade Lux Lewis, Albert Ammons y Jimmy Yancey se hicieron populares como pianistas de boogie en las house-parties.

En "Pinetop’s Boogie Woogie" de 1928, Clarence “Pinetop” Smith se dirige a la multitud que baila, indicándoles cuándo hacer “boogie” y cuándo parar. Los afroamericanos aprovechaban cualquier espacio para organizar la celebración.


En el inspirado clásico "Honky Tonk Train", grabado por primera vez en 1927, Meade Lux Lewis captura el sonido y los ritmos de la multitud, en los vagones sin asientos de los trenes, decorados solo con un piano vertical, que lleva a los negros a visitar a sus familiares del Sur.


El origen de las house-parties se remonta a un evento social del Sur conocido como the shindig, la fiesta. Históricamente, las familias conseguían dinero extra hospedando de forma ocasional una fiesta donde ofrecían música y la posibilidad de bailar. Los invitados pagaban una pequeña cuota por la entrada. Si además querían disponer de comida y bebida, pagaban una cantidad adicional al organizador. La alta calidad de la comida aseguraba al organizador una reputación en el vecindario porque la gente volvía a una casa que ofrecía una buena fiesta.

En los años previos a la Prohibición, también existía una tradición de fiestas comunitarias propia de Chicago. A menudo, cuando se acercaba el día de pago del alquiler, se organizaba una fiesta por la que se cobraba una entrada. Este evento social recibía el nombre de pitching boogie. Los inquilinos invitaban a todo el vecindario y recogían pagos de 50 centavos, bocadillos o licor entre los asistentes.


Además, los negros del Sur se entretenían con ocasión de otro evento social que más tarde serviría de inspiración para las house-parties. Las pound parties, o fiestas de una libra, eran encuentros donde la gente llevaba comida en lugar de pagar una cuota monetaria por la entrada. Los hospederos aceptaban cualquier cosa comestible como admisión para estas fiestas y compartían la comida entre los invitados al tiempo que proveían de música y baile.

Las house-parties inspiraron un buen número de canciones de blues. Virginia Liston y Clarence Williams grabaron "House Rent Stomp" en 1923; Bessie Smith grabó "House Rent Blues" en 1924; Johnny Dodds grabó "House Rent Rag" en 1926; en 1929, Hubie Blake y Broadway Jones grabaron "House Rent Lizzie" y Lil Johnson "House Rent Schuffle"; y Cripple Clarence Lofton grabó "House Rent Struggle" en 1939.


Con la Prohibición, que se extendió desde 1920 hasta 1933, llegó el contrabando de licor, si bien ésta no era la única actividad ilegal que se realizaba en la house-parties. Muchos de estos eventos sociales atraían otras actividades ilícitas y, con frecuencia, eran utilizados para ejercer la prostitución. Como señala Paul Oliver, en otras ciudades distintas de New York, las house-parties sirvieron de inspiración para otros pequeños negocios llamados good-time flats, pisos para pasar un buen rato. Parecidos en concepto a las house-parties, proporcionaban comida, licor y música en vivo. También facilitaban la prostitución barata y habitaciones privadas para juegos de apuestas. Tanto las house-parties como los good-time flats podían volverse violentos, pero la policía brindaba protección e ignoraba las actividades ilegales a cambio de dinero. Si la policía no recibía sus pagos y cerraba el local, las fiestas se trasladaban a otra dirección.

La Historia del Blues continua en Roosvelt Sykes. El piano al servicio del blues 

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