En noviembre de 1981 los Rolling Stones realizaban en su American Tour. La noche del 22 de noviembre decidieron tomarse un breve descanso e ir al concierto que ofrecía Muddy Waters en el Checkerboard Lounge, toda una institución del blues en el South Side de Chicago. Se dice que al verlos entre el público, Waters invitó a Mick Jagger, Keith Richads, Ron Wood y al teclista de las giras Ian Stewart a subir a tocar con él y sus músicos. Junto a ellos tambíen se encontraban Buddy Guy, la leyenda de la armónica Junior Wells y el guitarrista Lefty Dizz. Sin embargo, según LC Thurman, el antiguo propietario del Checkerboard Lounge, el encuentro no tuvo nada de casual. Una semana antes de que los Stones llegaran a la ciudad, su gerente visitó el club porque la banda británica querían hacer un show allí con Muddy Waters, el hombre que les había dado su nombre y que los había inspirado de adolescentes del sur de Londres. El concierto quedó acordado con 500 dólares de por medio.
El caso es que los Rolling Stones se unieron a Muddy en el escenario durante, "Baby Please Don't Go", luego tocaron "Hoochie Coochie Man", "Long Distance Call" y "Mannish Boy", antes de terminar la noche con "Champagne & Reefer". Este fue el magnífico resultado de aquella noche repleta de blues:
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