Continúa desde Arrendamiento de convictos
Todas aquellas tareas, ya se tratara de la construcción de líneas ferroviarias, cortando madera o levantando diques, ya fueran ejecutadas por esclavos, hombres libres o convictos, eran realizadas al ritmo de las canciones de trabajo o worksongs. En ellas se encuentra el sonido más similar entre todos los estilos que precedieron al blues. Eran entonadas por los hombres negros que realizaban las tareas más duras y lo hacían al ritmo de “llamada y respuesta”. Debido a la continua y metódica naturaleza de la labor física realizada por los trabajadores, ya fuera cortando leña, machacando grano o remando en barcos, estas canciones de llamada-respuesta cayeron inevitablemente en cadencias rítmicas regulares. Los propietarios de las plantaciones y los capataces de las compañías se mostraban tolerantes con ellas ya que les proporcionaban una seguridad auditiva de que el trabajo era continuo y productivo.
El uso de las canciones de trabajo en grupo en el sistema penitenciario mantuvo la tradición más allá de su aplicación en los tiempos de la esclavitud. Después de la Guerra Civil, las canciones de trabajo eran cantadas por las cadenas de presos en las líneas ferroviarias y las tropas de trabajo de reconstrucción. Las cuadrillas solían designar un portavoz que dirigía al grupo en la canción. Este portavoz o caller marcaba el paso de la canción de trabajo para completar la tarea asignada y los miembros de la cuadrilla respondían a coro. A menudo, los portavoces transmitían las instrucciones con los detalles específicos que requería el trabajo y la respuesta de la cuadrilla informaba al portavoz sobre el avance del trabajo. Las canciones de trabajo también distraían la atención de los convictos de su intolerable situación y hacían que el día pasara más rápido.
Los gandy dancers eran trabajadores afroamericanos de las líneas ferroviarias a principios del siglo XX, cuyos movimientos rítmicos mientras tendían y reparaban las vías recordaban a una danza. Trabajaban en pequeños grupos y cantaban al tiempo que se movían físicamente.
Una variedad de canciones en distintos tempos marcaban el paso de los trabajadores durante las tareas de arrastrar, levantar y alinear raíles, clavar clavos en las vías y apisonar el lastre en los lechos de grava. Debido al enorme peso de los raíles, era esencial un esfuerzo unificado por parte de la tropa para la precisión, el éxito y la seguridad del trabajo. Las canciones mezclaban ritmos, piezas de baladas folk y espirituales, al tiempo que introducían líneas improvisadas. Con frecuencia, en los momentos finales de un duro día de trabajo, las letras dejaban de recitar instrucciones y se orientaban hacia las mujeres y el sexo.
Tanto la forma rítmica como el contenido lírico de la canción de trabajo tuvieron una importancia esencial en la música de blues. Tal vez el mejor exponente es Huddie “Leadbelly” Ledbetter, que trabajó como convicto en Sugar Land, Texas y, más tarde, en Angola, Louisiana. La habilidad para el canto de Leadbelly le valió la libertad por dos sentencias criminales. Su experiencia en prisión dio forma a su "Angola Blues" grabada en 1933 por John y Alan Lomax.
Por su parte, Bukka White estuvo un tiempo trabajando en Parchman y grabó "Parchman Farm Blues" en 1940, tras conseguir su libertad.
Todas aquellas tareas, ya se tratara de la construcción de líneas ferroviarias, cortando madera o levantando diques, ya fueran ejecutadas por esclavos, hombres libres o convictos, eran realizadas al ritmo de las canciones de trabajo o worksongs. En ellas se encuentra el sonido más similar entre todos los estilos que precedieron al blues. Eran entonadas por los hombres negros que realizaban las tareas más duras y lo hacían al ritmo de “llamada y respuesta”. Debido a la continua y metódica naturaleza de la labor física realizada por los trabajadores, ya fuera cortando leña, machacando grano o remando en barcos, estas canciones de llamada-respuesta cayeron inevitablemente en cadencias rítmicas regulares. Los propietarios de las plantaciones y los capataces de las compañías se mostraban tolerantes con ellas ya que les proporcionaban una seguridad auditiva de que el trabajo era continuo y productivo.
El uso de las canciones de trabajo en grupo en el sistema penitenciario mantuvo la tradición más allá de su aplicación en los tiempos de la esclavitud. Después de la Guerra Civil, las canciones de trabajo eran cantadas por las cadenas de presos en las líneas ferroviarias y las tropas de trabajo de reconstrucción. Las cuadrillas solían designar un portavoz que dirigía al grupo en la canción. Este portavoz o caller marcaba el paso de la canción de trabajo para completar la tarea asignada y los miembros de la cuadrilla respondían a coro. A menudo, los portavoces transmitían las instrucciones con los detalles específicos que requería el trabajo y la respuesta de la cuadrilla informaba al portavoz sobre el avance del trabajo. Las canciones de trabajo también distraían la atención de los convictos de su intolerable situación y hacían que el día pasara más rápido.
Los gandy dancers eran trabajadores afroamericanos de las líneas ferroviarias a principios del siglo XX, cuyos movimientos rítmicos mientras tendían y reparaban las vías recordaban a una danza. Trabajaban en pequeños grupos y cantaban al tiempo que se movían físicamente.
Tanto la forma rítmica como el contenido lírico de la canción de trabajo tuvieron una importancia esencial en la música de blues. Tal vez el mejor exponente es Huddie “Leadbelly” Ledbetter, que trabajó como convicto en Sugar Land, Texas y, más tarde, en Angola, Louisiana. La habilidad para el canto de Leadbelly le valió la libertad por dos sentencias criminales. Su experiencia en prisión dio forma a su "Angola Blues" grabada en 1933 por John y Alan Lomax.
Por su parte, Bukka White estuvo un tiempo trabajando en Parchman y grabó "Parchman Farm Blues" en 1940, tras conseguir su libertad.
La Historia del Blues continúa en Field hollers
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