La Historia del Blues: Field hollers

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Los field hollers o gritos de campo se desarrollaron a partir de las canciones de trabajo y, al igual que éstas, son considerados como el enlace más obvio entre las tradiciones africanas y el blues.

Los field hollers o gritos de campo se desarrollaron a partir de las canciones de trabajo
A diferencia de las canciones de trabajo, no tenían como propósito soportar el esfuerzo físico a base de mantener el ritmo; más bien eran solo una manera de mantener el contacto entre compañeros de trabajo distantes. Una melodía era introducida por un trabajador e iba pasando de unos a otros para ser repetida finalmente por un coro grupal. Cada vocalista se distinguía por sus inflexiones y embellecimientos, elementos que quedarían como figuras ornamentales permanentes en el blues.

Si bien la música negra sacra, así como la danza y el teatro musical, contribuyeron a la gestación del primer blues, los field hollers han sido distinguidos por algunos historiadores como un antecedente notable debido a su característica ausencia de acompañamiento. Muchas grabaciones de cantantes masculinos del sur anteriores a 1940, muestran en su forma de cantar el blues al estilo field holler. Como ejemplos se pueden mencionar a Leadbelly, Son House, Blind Lemon Jefferso o Texas Alexander.

A diferencia de los cantos de la tropa de trabajo o los de iglesia, los hollers no eran música comunal. Eran más como una forma musical de hablar con uno mismo, y con frecuencia los cantaba la gente sola en los campos, conduciendo una mula, cuidando ganado o haciendo otro trabajo aislado.


En 1978, Alan Lomax grabó a Belton Sutherland en la granja Clyde "Judas" Maxwell's, Misisipi, cantando este breve holler

Eran canciones libremente improvisadas, interpretadas por voces del campo en granjas dispersas de Texas, Alabama o del Delta del Misisipi, áreas que no incluían plantaciones grandes antes de que la esclavitud fuera abolida. No sólo se escuchaban en los campos, también otros lugares de trabajo, en los campamentos de los diques y en las penitencierías. Nunca fueron grabados como tales, pero la mayoría de sus características se pueden reconocer en imitaciones deliberadas, como en  las canciones de Texas Alexander "Levee Camp Moan" y "Section Gang" (1927) con Lonnie Johnson acompañando a la guitarra.


La estructura de un field holler es una sucesión de versos interrumpida por el silencio, por gritos o por comentarios. Cada verso incluye una frase sencilla o dos frases relacionadas una con la otra, en las cuales el cantante elige enfatizar algunas sílabas, sugiriendo unos patrones rítmicos irregulares y complejos. Los temas que se tratan no difieren mucho de los tratados en el blues. Versos como proverbios, división de las frases en un esquema llamada–respuesta, así como el uso constante de la primera persona, todo ello remite los field hollers a la tradición de las canciones personales que precedieron a la grabación del blues. Muchos títulos del género hasta finales de los años 30 del siglo XX dejan ver reminiscencias de los hollers. Aunque la fórmula del blues implicaba acompañamiento musical, líneas rítmicas y estructuras similares a las baladas, las voces que se escuchan en varias canciones del primer country blues como "Cottonfield Blues" de Garfield Aker, obviamente derivaron de ellos.


El esquema llamada-respuesta de las canciones de trabajo y los field hollers anticiparon la estructura de tres partes de la música de blues formalizada. La frase inicial en la mayoría de las canciones de blues, incluso las contemporáneas, invocan algo parecido a la llamada al trabajo de líder. Una segunda frase se repite con poca o ninguna variación y, a menudo, es compensada con una tercera, que proporciona el cierre a la estructura de tres partes.

La Historia del Blues continúa en Bad man ballads

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