La Historia del Blues: Lightnin' Hopkins

Lightnin' Hopkins

Continúa desde Lowell Fulson

En los años 40 y 50 del siglo XX, a pesar de que la radio y la industria de la televisión se encontraban en pleno auge, el mercado de los discos no decayó. En esos años, surgieron nuevas compañías y algunas de ellas tuvieron un fuerte impacto en el blues.

Modern Records
Modern Records fue fundada en Los Ángeles en 1945 por los hermanos Jules, Saul, Lester y Joe Bihari. Inicialmente, el sello se creó para promocionar a la cantante y pianista Hadda Brooks. Sus discos fueron bien recibidos y, en 1946, incrementó la lista de artistas con  los Three Blazers de Johnny Moore y con el guitarrista y cantante Gene Phillips.

A partir de 1947 amplió su mercado con lanzamientos de country, jazz y blues. En esta última categoría, el sello incluyó a músicos como Lightin’ Hopkins o John Lee Hooker.

Aunque el rhythm & blues empezaba a cobrar fuerza a fínales de los años 40, el blues de algunos artistas se mantuvo fiel a la tradición de músicos como Blind Lemon Jefferson o Charlie Patton. En cierta medida, como ocurre con Sam Lightin’ Hopkins, estos intérpretes podrían considerarse supervivientes de una época anterior.

Samuel “Lightnin'” Hopkins nació en Centerville, Texas, un 15 de marzo de 1912 y fue uno de los seis hijos de matrimonio formado por Abe Hopkins y Francis Sims. Su primer instrumento fue una guitarra que él mismo se fabricó con una caja de puros y alambre a modo de cuerdas. Cuando tenía ocho años, Hopkins conoció a Blind Lemon Jefferson, con quien actuó más tarde, además de servir como guía al guitarrista ciego, lo que desarrolló un vínculo de por vida entre ambos.

Samuel “Lightnin'” Hopkins
Hopkins se fue de casa a una edad temprana y pasó gran parte de su adolescencia viajando por el este de Texas ofreciendo pequeños conciertos. Gran parte del desarrollo de su estilo se debe a este período y a la colaboración que durante el mismo mantuvo con su primo, Alger “Texas” Alexander, que ya era una leyenda local. Juntos viajaron con frecuencia a través de Texas y por áreas de Misisipi, tocando en juke joints. A mediados de los años 30, Hopkins pasó algún tiempo en County Prison Farm, una granja prisión de Houston, por causas que se desconocen. Cuando fue liberado se reincorporó de nuevo con Alexander y, a fines de la década, ambos se trasladaron a Houston para tratar de integrarse en la escena musical de la ciudad; pero fue un intento fallido y en los 40, Hopkins estaba de regreso en Centerville trabajando como granjero.

De nuevo en Houston en 1946, la cazatalentos Lola Anne Cullum del sello Aladdin descubrió a Hopkins y Alexander durante una actuación en Third Ward, una sala histórica de la ciudad. Cullum quedó impresionada con Hopkins, pero no tanto con Alexander, que fue sustituido por el pianista Thunder Smith. El 9 de mayo el nuevo dúo se encontraba en Los Angeles, sede de Aladdin y, bajo el nombre de “Thunder and Ligtnin’” realizaron sus primeras grabaciones, entre ellas  “Katie May”, “Shotgun Blues”, “Short Hair Woman”, “Abilene” y “Big Mama Jump”.

Hopkins grabó cuarenta y tres canciones para Aladdin entre 1946 y 1948. A lo largo de toda su carrera grabaría para más de veinte compañías distintas, lo que convierte su discografía en una de las más extensas de la historia del blues, en total más de 85 álbumes. A menudo grababa simultáneamente para dos sellos diferentes, entregando versiones ligeramente diferentes de las mismas canciones. Entre 1947 y 1949 grabó con Gold Star, en 1949 para Modern Records y en 1952 para Sittin' in With, una etiqueta más orientada al jazz. Pero también grabó con Jax, Mercury, Decca y otros sellos.

A mediados de la década de 1950 grabó para Herald Records. Estas grabaciones, consideradas legendarias, contienen sus mejores interpretaciones con guitarra eléctrica, “Lightnin's Boogie”, “Lightnin's Special” y “Hopkins Sky Hop”, las cuales tuvieron un gran impacto en las futuras generaciones de guitarristas, incluidos Stevie Ray Vaughan o Buddy Guy.

Aunque hacia finales de los 50 el estilo de Lightnin’ Hopkins empezaba a ser considerado como pasado de moda, en 1959 el investigador  de Houston Mack McCormick le presentó como artista folk “puro” ante una nueva generación de aficionados, lo cual hizo resurgir su popularidad durante la década de 1960 con actuaciones en campus universitarios y festivales por todo el país. En 1960 actuó para la reina Isabel II y, junto a Pete Seeger y Joan Baez, en el Carnagie Hall de Manhattan. A lo largo de la década compartió escenario con los grupos de rock Jefferson Airplane y Grateful Dead.

Su vida estuvo repleta de música, licor, mujeres y juegos de azar. Odiaba volar y nunca tuvo teléfono. Prefería tocar en pequeños locales por unos escasos veinte dólares, antes que hacer una gira de una semana y ganar dos mil, y siempre cobraba por adelantado y en efectivo. Un accidente de coche en 1970 lo alejó de las giras y redujo sus actuaciones a los cafés locales. Más tarde fue diagnosticado de un cáncer de esófago que se complicó con una neumonía. Murió el 30 de enero de 1982.

La Historia del Blues continua con John Lee Hooker I

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